TEATRO EMOTIVO Y PURAMENTE CINEMATOGRÁFICO
Como destellos de luz en la noche, la vida está llena de
momentos que por fugaces se almacenan en nuestra memoria para lograr un cambio
de rumbo y perspectiva. Luciérnagas abre a través del escenario una historia
que por su esencia conecta y llena a un público de emoción que sólo puede
recibir su segunda temporada en el Teatro del Arte entre aplausos. | Por Adolfo Pardo.
Luciérnagas es la historia de Julio y Alex, dos
hermanos huérfanos que viven en una comarca apartada de todo. La
llegada de Lucia los despierta a la vida, les da el vuelo y el aire fresco que
necesitan sin saberlo, mientras Lucia encuentra la tierra que le permite
posar por un momento ese vuelo incesante.
En la infancia, nuestros padres lo son todo, nos comprenden
y nos guían por el azar de la vida. Sin embargo, cuando en ese momento ese azar
te los arrebata pierdes tu rumbo y sólo puedes mirar hacia adelante por salvar
lo que queda de tu familia. Este es el propósito de Julio, luchar por su
hermano pequeño Alex aunque al mismo tiempo esto suponga renunciar a sus
sueños. Lucía llega al pueblo en busca de un nuevo comienzo sin mentiras ni
pretensiones a su alrededor. Las circunstancias unirán a estos personajes para
redimir sus errores y poder ver (por fin) el lado bello de las cosas.
Un drama que contado en clave de comedia consigue despertar
una sonrisa en el espectador o una lágrima en el momento oportuno, una historia
para no olvidar y valorar que se puede vivir con la mirada al frente. Su
representación encarnada en el elenco formado por Carmen Gutiérrez (Lucía), Fede
Rey (Alex) y Jaime Reynolds (Julio) saca el lado más humano de la historia en
un estilo que la hace suya a cada línea y diálogo en el que descubren sus
secretos liberándose por fin de sus cargas.
Unas líneas delimitan el hogar familiar de Alex y Julio que
se iluminan para discernir el paso del tiempo, de la noche al día. Mientras que
a través de una sábana es posible ver lo que ocurre ahí fuera junto al sonido
del teléfono como reclamo de la proyección real o ilusoria de los personajes.
Todo un trabajo de puesta en escena que consigue proyectar una imagen en
nuestra cabeza que bien podría ser proyectada en una sala de cine. Sin duda,
una obra muy recomendable.
:: Luciérnagas de Carolina Román se representa en el Teatro del
Arte (c/ San Cosme y San Damian 3, Madrid. Metro Antón Martín L1) todos los
sábados (19:30) y domingos (18:30) a un precio de 14 euros. Toda la información
la puedes encontrar aquí.
0 Comentarios