ARTÍCULO POR CRISTINA HERNÁNDEZ
UN HUMOR... INDEPENDIENTE
Título: Ocho apellidos catalanes. Director: Emilio Martínez-Lázaro. Reparto: Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde, Carmen Machi, Berto Romero, Rosa María Sardà, Belén Cuesta. Guion: Borja Cobeaga y Diego San José. Distribuidora: Universal Pictures. Estreno en España: 20/Noviembre/2015. Puntuación: 2/5.
Sinopsis: Las alarmas de Koldo entran en Defcon-3 tras enterarse de que su hija Amaia, tras romper con Rafa, se ha enamorado de un catalán (Berto Romero). Ante tal “sacrilegio”, se aventura a cruzar la frontera de Euskadi y poner rumbo a Sevilla para convencer a Rafa de que deben viajar a Cataluña para rescatarla, al precio que sea, de los brazos del joven y su entorno (Rosa María Sardá y Belén Cuesta).
Rizando el rizo, y carente del acierto de su primera entrega, 'Ocho apellidos catalanes' cumple ese famoso dicho de que "segundas partes nunca fueron buenas". Con ese horribilis nivel técnico - primo hermano de la anterior cinta - y el despropósito de un guion incapacitado llega hoy a los cines.
Hace poco más de un año Emilio Martínez - Lázaro daba con la fórmula que haría de su nueva película un exitazo de taquilla sin precedentes. La mayor simpleza del mundo, un cóctel de topicazos made in Spain, llevaría a 'Ocho apellidos vascos' hasta recibir tres Premios Goya, que justos o no, serían la guinda de esta producción que llegaba a los cines sin ninguna pretensión. Es sabido lo que gusta estirar hasta el límite cualquier cosa que funciona, dejando al margen la calidad, porque eso sin duda es secundario. El taquillazo del año pasado, 'Ocho apellidos vascos' provocó que el boca a boca le sirviera un éxito absolutamente inimaginable para su director y reparto, pero el humor simplón, los chistes sencillicos y contar con Dani Rovira o Carmen Machi convirtieron esta modesta producción en una fórmula a exprimir a corto plazo. Y aquí está ya 'Ocho apellidos catalanes', pero ¿tan efectiva como la primera? Para nada.
La nueva boda de Amaia con un hipster catalán será la excusa que reúna de nuevo a padre, ex novio y madre falsa del ex novio, esta vez en una región catalana independizada por cuenta propia, una pantomima para llenar de júbilo los "últimos días" de su vecina con más guita. Poniendo a Rosa María Sardà como la yaya - algo exagerado-, un Berto Romero sin el efecto Berto Romero - recomendable el cortometraje de Enric Pardo que protagoniza, '2037' -, una Belén Cuesta poco aprovechada - porque la tía es estupenda. Imprescindible verla en 'La Llamada' -, un Dani y una Clara que están bien, sin más, únicamente los que salvan un poco esta criba son Carmen Machi, que siempre está maravillosa, y Karra Ejeralde, cuya naturalidad cómica invita a sonreír cada vez que aparece en plano. Es cierto, que durante la primera mitad de la película el guion de Borja Cobeaga y Diego San José logra sacar algunas carcajadas - que sí, que lo trivial funciona -, pero su efectividad desaparece de repente, relegando al humor a una independencia fría. Si el prólogo se queda a medio hacer, el epílogo es un sobrante prescindible para un metraje de una calidad técnica vergonzosa, ¡qué realización, señores/as! La taquilla hablará los próximos días, ¿obtendrá esta vascongada a la catalana la misma recaudación millonaria? Para gustos los colores, quizás funcione, a pesar del pesar que provoca.
Hace poco más de un año Emilio Martínez - Lázaro daba con la fórmula que haría de su nueva película un exitazo de taquilla sin precedentes. La mayor simpleza del mundo, un cóctel de topicazos made in Spain, llevaría a 'Ocho apellidos vascos' hasta recibir tres Premios Goya, que justos o no, serían la guinda de esta producción que llegaba a los cines sin ninguna pretensión. Es sabido lo que gusta estirar hasta el límite cualquier cosa que funciona, dejando al margen la calidad, porque eso sin duda es secundario. El taquillazo del año pasado, 'Ocho apellidos vascos' provocó que el boca a boca le sirviera un éxito absolutamente inimaginable para su director y reparto, pero el humor simplón, los chistes sencillicos y contar con Dani Rovira o Carmen Machi convirtieron esta modesta producción en una fórmula a exprimir a corto plazo. Y aquí está ya 'Ocho apellidos catalanes', pero ¿tan efectiva como la primera? Para nada.
La nueva boda de Amaia con un hipster catalán será la excusa que reúna de nuevo a padre, ex novio y madre falsa del ex novio, esta vez en una región catalana independizada por cuenta propia, una pantomima para llenar de júbilo los "últimos días" de su vecina con más guita. Poniendo a Rosa María Sardà como la yaya - algo exagerado-, un Berto Romero sin el efecto Berto Romero - recomendable el cortometraje de Enric Pardo que protagoniza, '2037' -, una Belén Cuesta poco aprovechada - porque la tía es estupenda. Imprescindible verla en 'La Llamada' -, un Dani y una Clara que están bien, sin más, únicamente los que salvan un poco esta criba son Carmen Machi, que siempre está maravillosa, y Karra Ejeralde, cuya naturalidad cómica invita a sonreír cada vez que aparece en plano. Es cierto, que durante la primera mitad de la película el guion de Borja Cobeaga y Diego San José logra sacar algunas carcajadas - que sí, que lo trivial funciona -, pero su efectividad desaparece de repente, relegando al humor a una independencia fría. Si el prólogo se queda a medio hacer, el epílogo es un sobrante prescindible para un metraje de una calidad técnica vergonzosa, ¡qué realización, señores/as! La taquilla hablará los próximos días, ¿obtendrá esta vascongada a la catalana la misma recaudación millonaria? Para gustos los colores, quizás funcione, a pesar del pesar que provoca.
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