ANDRÉS SUÁREZ: "Cuando lo escuché la primera vez se me cayeron las lágrimas. 'Mi pequeña historia' es el disco de mi vida"
Feliz, emocionado, agradecido y entusiasmado por la nueva etapa que acaba de empezar con "Mi pequeña historia", hablamos con Andrés Suárez sobre este sexto trabajo, para el que el cantautor gallego es el disco de su vida. | Por Cristina Hernández. Fotografías por Nuria Navarro.
Se nota que es buena gente. Quizás la nobleza de sus palabras, de su música, del amor que le tiene a su profesión convierte a Andrés Suárez en uno de los cantautores más excepcionales del panorama actual. Aunque son cinco discos lo que lleva a su espalda, "Mi pequeña historia" (Sony Music) constituye para él el mejor trabajo de su carrera. Letras luminosas y positivas, canciones besadas que erizan la piel, once temas excepcionales con los que Andrés vuelve a retratar su mundo interior con absoluta sinceridad forman parte de un álbum cuya gira promocional de presentación en diferentes Fnac han verificado el exitoso huracán musical que constituye este simpático gallego.
"Te doy media noche" es el primer single de este sexto trabajo. Con entradas agotadas de los dos de los tres conciertos que dará en Madrid esta semana, este artesano nacido en Ferrol reitera el agradecimiento a su público, el motor que hace que esté viviendo su sueño. Con su melenaza suelta, y siempre ataviado por sus amuletos, la amabilidad, cercanía y verdad que le caracteriza marca el tono de nuestra cita con Andrés Suárez.
En Vistalegre anunciaste que tras ese apoteósico fin de gira de 'Moraima' te tomarías un tiempo de descanso. Eso fue en enero y estamos en junio con nuevo disco ya a la venta... ¡No puedes estar quieto!
(Ríe) No, no me aguanto quieto, no me soporto. Luego en las redes sociales pedí perdón por la mentirijillas esta (ríe), pero yo no para nunca. Desde los 15 - 16 años, jamás he parado. Este concepto de estar parado en mi casa, de estar sin tocar... Aunque empiezas a grabar el disco, no es lo mismo. Cuando acaba la grabación, cuando sale el disco es el momento del silencio, del descanso, pero es que tengo 32 años recién cumplidos, tengo una energía que te cagas, y considero que estoy empezando en mi carrera.
El otro día en Cuba con Pablo Milanés, él me decía que estaba empezando, así que fíjate. Sé que mucho curro junto tampoco es bueno y sé que si estoy cuatro años de gira por todo el mundo voy a caer rendido, pero ya me cansaré. Si te pido papas ya paro, pero de momento no (sonríe).
En este concierto señalabas que el lanzamiento del disco sería post verano, pero para alegría de tus seguidores al final no ha sido así.
Sí, y yo le agradezco a la casa de discos que hayan adelantado el lanzamiento porque estamos empezando con la gira más deseada de toda mi vida. Estoy contentísimo.
Si con 'Moraima' nos conquistaste, porque fue el disco con el que te descubrimos, con 'Mi pequeña historia' nos tienes más que encantados. Si bien uno fue tu mejor disco hasta enero, este sexto trabajo es, como creo que apuntarás, el mejor disco de tu carrera. ¿La filosofía es pensar en que se puede mejorar siempre?
Sí, ese es el rollo. Para mí este es el mejor. Todo está muy hablado y muy pensado con mi equipo, mis músicos, mis padres, y si yo no me creo que este es mi mejor disco no te lo vas a creer tú. Hay carreras, hay personas que hacen discos de relleno y creo que es un error. Yo me iré de aquí físicamente, no sé cuando, es ley, pero mi obra no. Cuanta gente se me fue y lloré por ello, como Antonio Flores, Antonio Vega, Enrique Urquijo, pero su obra es perpetua. Les sigo escuchando y me siguen emocionando como el primer día. No seré como ellos, pero si busco que mi obra emocione siempre que se escuche. Con 'Moraima' no me pasó, pero con este sí. Cuando lo escuché la primera vez se me cayeron las lágrimas, es el disco de mi vida. Ojalá dentro de dos años me siente de nuevo aquí y te diga con otro cd en las manos "Este es el mejor disco de mi vida". En definitiva, de eso consiste el evolucionar. La gente no es tonta, tiene que seleccionar. Estamos en crisis y tienen que gastarse su pasta y tienes que convencerla. Cuando lo que persigues es la fama, el sexo, el dinero y la limusina la peña te ve el plumero enseguida. Cuando lo que persigues es tu obra, la gente te lo va a recompensar.
En este disco vemos un Andrés totalmente diferente al disco anterior, un Andrés que arranca con luz una nueva etapa. Su primera escucha logra ponerte los pelos de punta, ¿con quién compartiste la primera escucha del resultado final de este álbum?
(Sonríe) Muchísimas gracias por decirme eso, agradezco mucho cuando compartís conmigo lo que sentís. Eso es lo que te decía, que mi obra consiga emocionar es lo que más feliz me hace.
Mi primera escucha, mi primera reproducción es siempre con Alfonso Pérez, mi productor. Ahora mismo me está poniendo los cuernos con Alejandro Sanz, pero yo le quiero mucho (Ríe). Bromas aparte, Alfonso es el productor de mi música, no de mis discos, no concibo otra persona. En la primera escucha tengo que ver como llora él y él como lloro yo, sino nos miramos y es que algo falla. De hecho, el disco tiene once temas porque los once nos hacen volar. Había otros dos, tres o siete que nos provocaban ese gesto de "va a ser muy malo para el público", entonces no los metimos. Así que, me van a perdonar los músicos de este país, pero no hay una obra mejor ahora mismo. (Sonríe)
¿Y cómo nacen estas once canciones?
Pues te puedo decir que de las once canciones, siete están escritas sin tachar, como "Si llueve en Sevilla" o "Te va a pasar", que era una carta que le mandé a una gallega loca genial, con la que compartí mundo y cama, y ahora comparto mundo en camas separadas, que Alfonso leyó, porque ambos tenemos un trato personal muy íntimo, y me dijo "ponle acordes a esto, esto es una canción" y aquí está.
De todas ellas me pasa que entre la gente, un sector del público me dice que hay alguna que ya conoce porque ya la he tocado en algún lado, pero no tiene que ver nada a que la escuches grabada con un móvil cantada en un bar con gente a que la escuches producida en un estudio. Creo que todo está besado, abrazado, atado a mis padres, a Galicia, a una historia compartida en un hotel una noche, a un amor que nunca fue o que se fue, como en"Te di vida y media" o "Te di media noche". Son canciones sinceras, porque a todos nos han dejado o hemos dejado, nos hemos enamorado o desenamorado, es la misma línea pero más luminoso. No hay tanto "te deseo el bien, pero lejos"(sonríe).
Sí, se nota el cambio de actitud. De que has cerrado definitivamente esa puerta, de que vives un punto y aparte siendo más optimista.
Sí, eso es, es que estoy mejor. Estoy viviendo una etapa tan de puta madre con todo lo que me rodea. Me está sonriendo todo que no me puedo quejar de nada. Y mira esto también hace que te cuente que hay un sector de mi público que también se enfadó porque me decían "a mi me deprimido". Hay gente también que no le gusta que se llene Vistalegre o Libertad, aunque nunca hayan ido. Pero bueno, yo estoy tan bien que creo que en este disco se transmite.
He conocido los límites del dolor, del amor, he pasado una etapa depresiva, que si habéis escuchado 'Cuando vuelva la marea' o incluso 'Moraima' veréis que no soy nada original, ni me siento nadie. Hablaban de una ruptura, de una separación, de una historia de amor que descubrí que no era. Con ello descubrí los elementos de la peligrosidad, de la oscuridad de la noche, de escribir llorando con la persiana bajada, hasta de cancelar y parar mi trabajo porque no podía ni siquiera subirme a cantar a un escenario. Ahora me encanta ver todo eso pasar. Ahora quiero que de haber melancolía sea por un cuerpo o una risa, no por una persona que nunca te ha querido. Me gusta mucho pasar de etapas. Y es más, no creo que sea muy conveniente el camino que puede llevar hacer once discos iguales. A lo mejor ahora va este y el siguiente es rock, ¡no lo sé! (sonríe).
En todos los discos, como estás hablando, cantas a lo vivido. En este te arriesgas más, y como has señalado, es más luminoso. ¿Cómo hacéis los cantautores para que abriros tan en canal parezca tan fácil? Porque nos imaginamos que es complicado, ¿no da cierto pudor?
Sí, es jodido. Es muy buena pregunta porque sí que da miedo. Si se lo preguntas a gente que ha pisado mucho escenario te dirán que son tímidos. Es muy curioso, pero es verdad. El otra día, un tipo al que amo, Juan Luis Guerra, lo decía. La gente se queda como "tú, ¿tímido?", pero sí, porque por un lado es tu vida y tu realidad. Es paradójico, pero es verdad. Yo soy muy tímido. Cuando tenía 14 o 15 años para subirme a un escenario me escudaba bebiendo alcohol para poder hacerlo. Para cantar un tema mío o esta ciego o me moría, no podía, me temblaba el cuerpo y la voz. Estaba exhibiendo mi vida, contaba cosas con o sin permiso. Describo polvos en una playa, en una habitación de un hotel o en un tren rumbo a Cádiz sin permiso.
Es que, es eso, cuentas cosas tan privadas que a la otra parte puede no gustarle.
Claro, es acojonante. Estás contando cosas, como la historia de mis abuelos, a lo que no pedí permiso para contar su historia, pero me arriesgo y lo hago. No sé que te dirían otros, pero yo lo hago por necesidad vital. A pesar de ser paradójico, y hasta contradictorio, siempre he necesitado escribir y lo hago contando mi historia, mi vida. No conozco otra realidad, es necesidad. No sé donde estarán los límites de esa timidez, de esa vergüenza, de la ética, de la moral, simplemente es tan real, tan sincero, tan desgarrador, que la gente viene por eso. Si hablo de un amor imposible, de un enamoramiento y tú te has enamorado, es tu canción. ¡Para mí todas las canciones de Sabina son mis canciones! (ríe) La canción es de quien la escucha, no de quien la escribe. Los que hacemos canciones lo hacemos por necesidad, por eso admiro mucho a los actores. Yo si estoy jodido lo estoy y cuando bajo de actuar sigo jodido.
En este disco lo que hemos echado de menos son las colaboraciones...
Acepto la crítica, también me lo han dicho hace poco.
No es una crítica, es un apunte (risas)
Acepto el apunte (ríe) La respuesta es ¿por qué? Venimos de Vistalegre de haber cantado con Victor Manuel, Vanesa Martín, Ivan Ferreiro, Javier Ruibal... No lo vimos (sonríe) Es lo mismo que lo de las once canciones: "¿por qué once canciones y no veintisiete que te han quedado fuera estas?", pues porque sentíamos que eran estas y no hay más motivo. Es lo mismo que las colaboraciones. Escuchamos los temas Alfonso y yo y no las vimos. Oye, que si quiere cantar Sabina o Juan Luis Guerra yo me lo pienso (ríe). Las escuchamos y las vimos bien así. Meter por meter no, ¿por qué? A mi me gusta mucho así, no obstante el resto de mi vida colaboraré con gente porque la unión hace la fuerza y porque es precioso compartir camino, pero siempre cuando surja, sin forzar.
Para presentar este trabajo habéis hecho una gira promocional por las tiendas Fnac de varios municipios. ¿Cómo has vivido la gran acogida que ha tenido 'Mi pequeña historia'?
¡Ha sido acojonante! Ha servido para dar un golpe fuerte a los políticos, sin importar el bando, para enseñar que hay niños de ocho años que cantan mis canciones y que no pueden entrar en una sala de conciertos. Me da asco y vergüenza. En la Fnac pueden entrar, y están desde las doce de la mañana con una cara de ilusión y felicidad que no me la ha dado ningún adulto. Eso es algo que me encanta.
Luego, el que lleve tanto tiempo en casa, que me hablen de esto a través de las pantallas, del Facebook, del twitter no es igual. Las redes sociales son necesarias, pero cuando sucede esto, el que yo te vea, te mire a la cara, te de un abrazo y reciba lo que está pasando, lo que te pasa a ti con mi disco es lo que me gusta. Es un acierto acercarse a la gente más allá de la venta de los discos. Yo me vendo muy mal (sonríe), pero si hay alguien que no puede comprar el disco porque no se lo puedes permitir, no pasa nada, que se quede y hablamos y que me cuente que le parece. Todo lo que sea acercarme a la gente, siempre con los códigos de respeto y cariño que tenemos, me gusta. Me siento muy querido, muy arropado. Por lo tanto, sea Fnac o conciertos, que no se pierda nunca ese contacto de contacto físico que a los gallegos nos gusta mucho (sonríe).
Has señalado lo de los niños de ocho años que cantan tus canciones, y es que, una cosa que nos sorprende es que cuentas con el apoyo de un público muy joven, te siguen muchas adolescentes...
Sí, sí, creo que están conmigo, también comparten esa opinión sobre los políticos de este país. Las madres vienen a darme un abrazo y decirme lo que hice en La Riviera, y yo me pregunto porque me agradecen eso, debería de ser al revés. Mi madre me llevaba a ver Extremoduro o a Pablo Milanés con 15 años, ¿por qué tiene que ser algo raro que puedan entrar acompañadas por ellas? Me pongo algo patriótico y digo que en el país culturalmente más rico del mundo, musicalmente es mi opinión, que nos apoyen un poquito más.
Con esto que dices, con lo que has señalado antes, dejas constancia de la responsabilidad que tienes con tus seguidores. Alguna vez has comentado que te importa más una mira que un aplauso, y en el concierto que diste dentro la última edición de los Cómplices de Mahou hubo un momento que pediste que te encendieran las luces de la sala para poder las caras de la gente. ¿Este ficti ficti, este dar para recibir, este recibir por dar, consideras que es la ecuación que configura la clave de tu éxito?
No tento ni idea. Si supiera la clave todo estaría perdido, y repito que tengo todo por hacer. Tengo 32 años y seis discos, acabo de empezar, ni siquiera empece el viaje. Quiero tener 57 discos y 90 años, osea que ahora recién arranco (sonríe) No sé lo que es, pero yo me considero artesano y no artista. Todo eso de luces, colores, limusinas y cantar desde una tarima alta, que desde los setenta se entiende como artista, no me gusta. Me gusta mucho cantar y mirar a los ojos, y lo hago porque sucede algo tan bonito. La gente se emociona y es algo que quiero ver. Es algo egoísta, pero si consigo que mi música te afecte, que te vayas distinta a como has llegado, entonces he triunfado, la entrada está compensada.
No tento ni idea. Si supiera la clave todo estaría perdido, y repito que tengo todo por hacer. Tengo 32 años y seis discos, acabo de empezar, ni siquiera empece el viaje. Quiero tener 57 discos y 90 años, osea que ahora recién arranco (sonríe) No sé lo que es, pero yo me considero artesano y no artista. Todo eso de luces, colores, limusinas y cantar desde una tarima alta, que desde los setenta se entiende como artista, no me gusta. Me gusta mucho cantar y mirar a los ojos, y lo hago porque sucede algo tan bonito. La gente se emociona y es algo que quiero ver. Es algo egoísta, pero si consigo que mi música te afecte, que te vayas distinta a como has llegado, entonces he triunfado, la entrada está compensada.
En el concierto de Vistalegre estabas exhausto y regalaste, ya no sólo un concierto lleno de magia, sino frases muy emotivas que reflejaban la experiencia que estabas viviendo. Gritaste "Si alguien forma parte de 'Moraima' que no cante, que lo grite". Cuando cierras los ojos y vuelves a aquel día, ¿cómo lo revives? ¿qué sientes?
¡Uff! gracias. No hace falta que cierre los ojos porque lo llevo aquí (se señala la cabeza) a diario. La media hora anterior de salir a cantar fue la peor hora de mi vida, de toda mi vida. De llorar, temblar... tengo mis amuletos, mis temas gallegos, las fotos de mis padres, de mi familia en mi camerino, y desde allí escuchaba los gritos de la gente. Estaba nerviosísimo. Estuve a punto de tomarme un ansiolítico, pero no lo hice porque sino no iba a vivirlo. Pero también por la gente que paga veintitantos euros por verte, que vienen de fuera, que no le importa si estás nervioso o triste, sino que quieren verte cantar así que tenía que reaccionar. A partir del tema dos espabilé (sonríe), pero recuerdo los momentos previos como los más duros de mi vida y desde el tema dos el más feliz, el más increíble. Gente de toda España, gente que llevaba catorce años oyéndome cantar, fue acojonate. Esa noche en el hotel no pude dormir. No olvidaré nunca lo que hicisteis el diez de enero por mí.
"Si podéis soñarlo, podéis hacerlo" fue otra de las máximas que gritaste aquella noche, una noche en la que hiciste algunos sueños realidad al compartir escenario con Javier Ruibal, Víctor Manuel, Iván Ferreiro... Otros de tus sueños los apuntabas antes, Joaquín Sabina y Juan Luis Guerra, ¿ves ese sueño hecho realidad pronto?
No sé si pronto, pero lo veo. Nunca he dudado de mi música, he dudado de mi persona, de mis actitudes. Si yo hubiese creído en mi música no me habría venido con veinte años a tocar al metro, así que sí, lo voy a conseguir. Cuando estaba tocando la primera o segunda vez en la Fnac, vino una chica en silla de ruedas que traía una libre en la que ponía en la portada 'Si lo puedes soñar, lo puedes hacer' y ella ponía su historia. La leí, me cambió la vida, y todavía tenemos contacto, y esa fue la lección de mi vida. Si lo puedes soñar, ¿quién coño me va a decir a mí que no se puede llegar a conseguir? Y lo peor, ¿quién va a tratar de hacerme creer eso, de no lograr lo que sueñe?
"Hay gente que me di cuenta que cuando escriben su pequeña historia, escuchan canciones mías y vuelven a estar juntos"
¡Es que estoy harto! Con todos mis respetos (ríe)
No nos ponemos de acuerdo, ¿no?
Es que, porque los mensajes privados son privados, y no sólo es con los conciertos, también con los discos que hay desde quien me dice que le gusta más 'Moraima' o este, o 'Cuando vuelva la marea' o hasta mi primer EP, que es guitarra y voz. Respecto a los conciertos no hay tres mensajes iguales. Yo recibo cincuenta o sesenta después de un concierto, lo leo todos y van desde bando no, que no gusta, a que no vuelva a cantar en acústico que prefieren verme con banda... Así gente de Madrid: Galileo, sólo guitarra y voz, Joy, formato trío y en La Riviera junto a la banda, elige. Es lo único que se me ocurrió. Ahora no puedo hacerlo en más sitios porque estamos de promoción, pero en cada ciudad haré los dos formatos, acústico y banda, y que la gente elija porque yo soy el mismo en uno u otro, mis canciones son las mismas, así que vayan a que vayan yo les recibiré con un abrazo.
Para terminar, antes decías eso de que todas las canciones que cantas las besaste, ¿qué es para ti la música en el sentido romántico de la palabra?
A mi es que Walt Disney me hizo mucho daño, soy demasiado romántico, lo reconozco (ríe) He sufrido las consecuencias hasta el límite, me ha pasado eso de bajar más allá del fondo, he visto el infierno y he vuelto a subir, y lo mejor de todo es que lo haría mil veces. Canto a eso que he vivido. Ningún hombre o mujer viene a escucharme cantar por lo que soy visualmente, viene porque ve su historia reflejada en mi, viene porque somos demasiado iguales. La música me reconcilia con el mundo, con ella. Vienen a escuchar como me enamoro en un vagón de tren yendo al sur y como pierdo el sentido hasta el norte siendo gallego. Como dice la canción de 'Moulan Rouge', eso de que "cuando cantemos esta canción estaremos juntos", pues hay gente que me di cuenta que cuando escriben su pequeña historia, escuchan canciones mías y vuelven a estar juntos. Eso es acojonante. Creo que por eso me escucha la gente, no importa que sean hombres o mujeres, sino que es porque quieren tener la oportunidad que no pudieron darse.
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