Crítica de “Cómo sobrevivir a una despedida”, dirigida por Manuela Moreno


ARTÍCULO POR RAQUEL JARO

RESACÓN EN MASPALOMAS 

Título: Cómo sobrevivir a una despedida. Director: Manuela Moreno. Guión: Núria Valls, Susana López Rubio y Manuela Moreno. Reparto: Natalia de Molina, Úrsula Corberó, Celia de Molina, María Hervás y Brays Efe. Distribuidora: DeaPlaneta. Fecha de estreno: 24/04/2015. PUNTUACIÓN: 1/5

Sinopsis: Gisela se va a casar. Siempre ha sido la más responsable y la primera en todo. No le gustan nada las despedidas de soltera ni salir como si no hubiera un mañana. Sin embargo, su grupo de alocadas amigas, lideradas por Nora, la mejor amiga de Gisela, idean el plan perfecto para arrastrarla a Gran Canaria. Así, Nora, su hermana Marta, la gafe de Tania y Mateo, que es una más, se lanzarán a vivir el mejor fin de semana de su vida, en que desfasar como nunca. 5 amigas, 2 noches, ¿qué puede salir mal?



Hoy llega a las pantallas la gamberra propuesta de Manuela Moreno: “Cómo sobrevivir a una despedida”. Protagonizada por Natalia de Molina y con actrices como Úrsula Corberó en su reparto, la película narra la desastrosa y alocada despedida de soltera de Gisela, a la que da vida Celia de Molina. 

“5 amigas, 2 noches, ¿qué podría salir mal?” Más correcto sería decir “¿qué ha salido bien?” porque desde luego no hay por donde coger esta película. La idea era buena. Ante el éxito de “Resacón en Las Vegas” (Todd Phillips, 2009), “Cómo sobrevivir a una despedida” parecía presentarse como una versión “a la española” de esta. Eso sí, había una diferencia clara: las protagonistas, esta vez, son mujeres. Porque las mujeres también se lo pasan bien y también desfasan igual que los hombres o incluso más. Ya era hora.

Sin embargo, en esta película no encontramos por ningún sitio a mujeres de 27 años, tal y como apunta la sinopsis, si no a un grupito de niñatas, sin ningún tipo de responsabilidad, ni consciencia de la realidad, ni madurez y que además se muestran desesperadas por ligar, encontrar el amor o, en boca de Marta, una de sus protagonistas, “una buena polla”. La única que parece tener cierta responsabilidad es Gisela y desde el principio es presentada como un personaje ridículo y anticuado. 

Vale, es una comedia, de eso se trata, de reírse. Pero de una comedia dirigida a un público adulto no se espera que genere más vergüenza ajena que carcajadas, ni que termine con un discursito tipo “lección aprendida”, con numerito a lo “Spice Girls” incluido. Ni como comedia ligera, ni como comedia romántica (aunque se empeñen por forzar una historia de amor adolescente en medio del despiporre), ni como comedia gamberra, ni siquiera como comedia para un público adolescente. “Cómo sobrevivir a una despedida” ha intentado serlo todo y ha resultado ser un completo despropósito. 

A pesar de todo esto, el reparto no está del todo mal. Natalia de Molina, Celia de Molina, Úrsula Corberó, Marta Hervás y Brays Efe, logran sacarle brillo a unos personajes planos, estereotipados e infantiles. Si la película arranca alguna sonrisa es desde luego por la capacidad de estos para hacernos reír, a pesar de su humor forzado, su falta de ritmo y la falta de coherencia de un argumento totalmente previsible. Tampoco podemos quitar mérito a lo original de la propuesta transmedia que plantean, pues unos días antes del estreno de la película, Planeta lanzó un libro, escrito por Olga Salas (“Jimena no deshoja margaritas”), que se presenta como precuela de la película bajo el nombre de “Cómo sobrevivir al amor”. Quizás el libro sea capaz de subir un poco la media o al menos dar alguna clave sobre cómo sobrevivir a “cómo sobrevivir a una despedida”.

Lo mejor:
- Aunque es difícil encontrar algo, la calidad actoral de su reparto.

Lo peor:
- Todo. Desde la representación infantil e irresponsable de la mujer, pasando por su humor forzado, su falta de ritmo y la falta de coherencia de previsible argumento. ¡Ah! Y el discursito final de Nora en el intento de sacar la parte positiva del asunto. 

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