"CADA NOCHE VIENE UN PÚBLICO NUEVO, ¡ES LA RECONQUISTA DIARIA!"
Adam Jezierski, cercano y vestido de maldito, nos recibió en el Teatro Bo.Devil para hablarnos de su nuevo proyecto, de algunas de sus experiencias profesionales pasadas y de sus impresiones en los medios del espectáculo. | Por Diana Payar.
Adam Jezierski, el gamberrete de “Física o Química” y el hijo del churrero del camping más variopinto de “Con el culo al aire”, continúa con su carrera profesional esta vez en el Teatro Bo·Devil, reencarnándose en el cascarrabias de Tenorio, un papel de registros que terminará por intentar hacerse con el teatro entero. Cercano y enfundado en su traje de maldito hablamos con motivo del estreno de "La cena de los malditos".
¿De qué es testigo el espectador cuando ve “La cena de los malditos”?
Pues…de un sin fin de cosas. Sobre todo la cuestión es que el espectador va a estar muy pendiente, porque como han dicho, el escenario es toda la sala y hay números aquí (señala el espacio a sus pies), hay un número allí (señala la parte izquierda de la sala), hay números por allá, por acá (ríe señalando todos los rincones del escenario). Hemos hecho ensayos generales estos días y es muy bonito; el espectador escucha una voz y no sabe de donde viene (ríe). En realidad es que es la unión de muchas cosas: el número musical, con las acrobacias, con los vuelos, etc. Todo esto mezclado con una historia.
¿Cómo definirías a tu personaje en la obra?
Soy el jefe de empleados de la madame y yo estoy encantado con mi condición de maldito y la vida eterna, con estar todos los días de juerga…Lo que no me gusta tanto, al contrario que a la madame, que es una gran maestra de ceremonias y hace muy bien su trabajo, es la gente, los no malditos (risas). Nada, nada (ríe). Entonces bueno, no les trato con la cortesía que debería. Yo soy un tío de campo, me imagino su vida como la de casi todos los que trabajan con la madame: gente normal que en un momento dado se convierten en malditos. Yo era un perrito de campo y la madame me convirtió en maldito, y bueno, pues aquí estoy encantado de la vida, encantado de vivir en las cuevas que tenemos aquí debajo (ríe y repasa el teatro con la mirada).
Si estuvieras maldito de verdad, y sólo pudieras hacer una cosa durante el resto de tu vida, ¿qué es lo que harías?
¡Ostrás que complicado esto! (ríe). No sé, pues nada…¡pues toda la vida de fiesta! ¡Ya está! A ver, es que si sólo puedo hacer una cosa…es esa, total.
¿Cómo ha sido el reencuentro con Angy después de tres años del final de FoQ?
Bueno más, porque yo me fui antes de Física o Química. Bien, muy bien, somos muy amigos, entonces encantadísimos de volver a currar juntos, que lo llevábamos esperando mucho tiempo. Genial, la verdad. Nos llevamos muy bien así que, encantado de la vida de estar con ella.
¿Qué te aporta el teatro que no te aporta la televisión?
El feedback instantáneo. En la tele, ten en cuenta que se graban cosas que se emiten un año después y bueno, aunque está bien que la gente te vea por la calle y te diga cosas, el teatro es eso lo bonito que tiene, lo instantáneo. Es que me gustan todos los medios, pero el teatro tiene el feedback de la gente en el momento. Les miras a la cara y ves si les está gustando o no, y eso es muy bonito. Encima cada noche viene un público nuevo, ¡es la reconquista diaria! Eso es lo bonito.
¿Y al revés?
Al revés bueno, una serie de televisión lo que tiene es que hay dos o tres años para desarrollar un personaje; y le pasan un sin fin de cosas. También es muy bonito. El teatro, al igual que el cine, es una historia cerrada. Todos los días en el teatro haces lo mismo. El cine es un guión, que normalmente, acaba ahí; a menos que sea Torrente, que saca 5 partes (ríe), pero normalmente acaba con la película. Y la televisión lo que tiene es eso, el desarrollo tan extenso. Si la serie funciona, tú puedes hacer el personaje, que es lo bonito.
¿Qué es lo más destacable, con lo que te quedas de participar en un serie como “Con el culo al aire”?
Pues…pues mira he tenido mucha suerte en mi vida. Sasi siempre he tenido curros muy agradables con gente muy buena, pero bueno también alguna vez he hecho cosas que no han salido tan bien y que no han funcionado; o que el proceso interno era un poco más caótico, pero “Con el culo al aire” era acojonante porque la profesionalidad y el talento que había ahí, sobre todo a nivel actoral, era…era acojonante. O sea, trabajar con la gente con la que he trabajado ahí era un aprendizaje diario, así que me quedo con eso, con haber currado con esos actores que trabajé.
¿Te hubiera gustado que hubiese otra temporada?
Sí, bueno, pero la que manda es la audiencia. Lo que me gustaría es que se midiera la audiencia de otra forma, porque mil aparatos sobre cuarenta millones…oye es así, ya está. Esas mil personas mandaron que es suficiente “Con el culo al aire” y es así, ya está, se terminó.
Por último, ¿tienes alguna cosita en mente, algún proyecto futuro?
Ahí hay cositas de televisión gestándose…pero bueno, por ahora no voy a contar nada, porque no he firmado nada (ríe).
:: "La cena de los malditos" podrá verse desde el 8 de octubre, de miércoles a sábado a las 21:30h en el Teatro Bo·Devil (C/ General Orgaz, 17). Ve y disfruta de la propuesta de ocio y cultura más innovadora y arriesgada de cuantas hayas visto. ENTRADAS DISPONIBLES EN: www.teatrobodevil.es y www.entradas.com
:: "La cena de los malditos" podrá verse desde el 8 de octubre, de miércoles a sábado a las 21:30h en el Teatro Bo·Devil (C/ General Orgaz, 17). Ve y disfruta de la propuesta de ocio y cultura más innovadora y arriesgada de cuantas hayas visto. ENTRADAS DISPONIBLES EN: www.teatrobodevil.es y www.entradas.com
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